Perdón de otoño. Del cuaderno a la Red sin red.

Estoy ausente del sexo
Corro a casa por las noches
Aunque ya no hay nadie a quien cuidar
Ni siquiera regaré los recuerdos
Me gustaría que alguien me pidiera perdón
Para experimentar el intenso placer de perdonar
Pero nadie me ha ofendido nunca
Nadie consiguió dañarme
Desde fuera de mi implacable fortaleza
Solo llovieron flechas de indignación desde mi propio regazo
Ahora ya no estoy en guerra
Cómo me puedo perdonar
Si no sé cómo pedirme perdón a mí misma
Retumban las lágrimas en mis mejillas
Se abren cañones en las rocas de mi rostro
Espectro mineral que se vuelve polvo cada mañana
Y se destruye en el fuego de las estrellas cada noche
No me miréis porque veréis el espacio vacío
Y si buscáis en el fondo de mis palabras
No vais a encontrar el camino hacia el risco
Que se levanta sobre el lago que es un río y mantiene
A salvo la hierba que todo lo cura
Aquel secreto que un día me enseñaste
Que ni siquiera hoy creo merecer
24 de octubre de 2010

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un cumpleaños de Nochebuena

La reinvención en tiempos convulsos

El mundo en mi mundo